Consiste en fortalecer los músculos alrededor de la rodilla para hacerla más estable y reducir el dolor. El entrenamiento se enfoca en los músculos de la parte delantera y posterior del muslo. También se busca corregir los patrones de movimiento no adecuados y establecer la técnica correcta para hacer ejercicio.
El dolor de rodilla es una queja frecuente que afecta a personas de todas las edades. Puede ser resultado de una lesión, como una rotura de ligamento o un desgarro de cartílago. Algunas enfermedades, como la artritis, la gota y las infecciones, también pueden provocar dolor de rodilla.
Lesiones de Rodilla
Una lesión en la rodilla puede afectar a cualquiera de los ligamentos, tendones o sacos llenos de líquido (bolsas sinoviales) que rodean la articulación de la rodilla, así como a los huesos, cartílagos y ligamentos que forman la articulación en sí. Algunas de las lesiones de rodilla más frecuentes son:
-Lesión del ligamento cruzado anterior. La lesión del ligamento cruzado anterior es el desgarro de ese ligamento, que es uno de los cuatro ligamentos que conectan la tibia con el fémur. La lesión del ligamento cruzado anterior es particularmente frecuente en las personas que juegan al básquetbol, al fútbol o a otros deportes que requieren cambios repentinos de dirección.
-Fracturas. Los huesos de la rodilla, incluso la rótula (patela) se pueden romper durante una colisión automovilística o una caída. A veces, las personas cuyos huesos se han debilitado por la osteoporosis pueden sufrir una fractura de rodilla simplemente por pisar mal.
-Desgarro de menisco. El menisco está formado por un cartílago fuerte y gomoso, y actúa como amortiguador de choque entre la tibia y el fémur. Si giras la rodilla en forma repentina mientras cargas peso sobre ella, puedes romperte el menisco.
-Bursitis de la rodilla. Algunas lesiones de rodilla producen la inflamación de las bolsas sinoviales, que son los pequeños sacos de líquido que amortiguan la parte exterior de la articulación de la rodilla y permiten que los tendones y los ligamentos se deslicen suavemente sobre la articulación.
-Tendinitis rotuliana. La tendinitis es una irritación e inflamación de uno o más tendones, que son los tejidos densos y fibrosos que unen los músculos a los huesos. Quienes corren, practican esquí, hacen ciclismo o actividades que implican saltar son más propensos a padecer una inflamación en el tendón rotuliano, el cual conecta al músculo cuádriceps en la parte frontal del muslo con la tibia.
-El síndrome de dolor patelofemoral es un término general que se refiere al dolor que surge entre la rótula y el fémur que se encuentra debajo. Es frecuente en atletas, en adultos jóvenes, especialmente en aquellos que tienen una ligera desviación de la rótula, y en adultos mayores, que por lo general padecen el trastorno como resultado de artritis en la rótula.
Factores de riesgo
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de padecer problemas de rodilla, entre ellos:
-Sobrepeso. Tener sobrepeso u obesidad aumenta la exigencia sobre las articulaciones de tus rodillas, incluso durante actividades comunes, como caminar o subir y bajar escaleras. Además, aumenta el riesgo de artrosis al acelerar la ruptura del cartílago articular.
-Falta de flexibilidad o fuerza muscular. La falta de fuerza y flexibilidad se encuentra entre las principales causas de lesiones en las rodillas. Los músculos tensos o débiles brindan menos sostén a la rodilla, ya que no absorben suficiente presión ejercida sobre la articulación.
-Algunos deportes. Algunos deportes suponen más exigencia a tus rodillas que otros. El básquetbol y atletismo, los saltos y giros del básquetbol y el impacto repetido que absorben las rodillas cuando corres o trotas aumentan el riesgo de lesiones en las rodillas.
-Lesión previa. Tener una lesión de rodilla anterior hace que sea más probable que te vuelvas a lastimar la rodilla.
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